LA AUTORIDAD MORAL, SABIDURÍA POPULAR Y LA MOLICIE

25.01.2013 11:56

LA AUTORIDAD MORAL, SABIDURÍA POPULAR Y LA MOLICIE

La autoridad moral, es la base de la credibilidad, nace del ejemplo, de la coherencia entre las palabras y los hechos y del comportamiento con los discursos. En el texto se menciona que la autoridad moral radicaba principalmente en las personas dedicadas a la autoridad, a ejercer el poder, como por ejemplo la clase gobernante. “Un senador, en efecto, no es un hombre como los demás: todo lo que diga es público y como tal ha de ser creído”.  “Todo noble ha de poseer por tanto gravedad, ya que es una persona de peso (gravis); no puede permitirse bromas en público: en él, equivaldría a convertirse en un bufón”.

La autoridad moral, no es otra cosa que la coherencia entre el decir y el hacer, entre el hacer y ser. En la vida pública quien tiene la autoridad moral debe de comportarse de una forma sería, mientras que en su vida privada es libre de comportarse simplemente como es, y es allí, en la vida privada del senador en donde tienen su cabida las bromas. “Solo que hay un tiempo para mostrarse grave y un tiempo para desinhibirse: saber estar de broma y ser sencillo entre las cuatro paredes de su casa”.


Dentro de los aspectos que influyen en el comportamiento moral están las creencias, los sueños y los miedos. Y es aquí en donde entro al tema de Sabiduría popular, en este se menciona que los grandes personajes de tiempos pasados “no hacían nada sin haber antes consultado a los astros”, también creían en los sueños a los cuales los consideran premoniciones o mensajes sobre el futuro que tenían que atender con suma importancia. La sabiduría popular enseñaba: “el hombre sensato hace esto; el insensato aquello”.

La molicie. Los sinónimos de esta palabra son blandura, flojera, relajación, abandono, pereza, ocio, regalo, desidia, incuria. “La molicie ablanda a los individuos y pierde a las sociedades, que no son sino agregados de individuos, pero ¿qué es la molicie? No tanto una desviación cuanto un síntoma, que permite un análisis de la psique”. Como parte de la molicie esta la ociosidad, la cual era considerada por los romanos como la gran engendradora de los vicios porque un carácter que no hace nada pierde su musculatura, su capacidad de impulso, y deja de ofrecer resistencia a las enfermedades del alma.
Hay tiempo para todo: momentos para reír, gritar, saltar, correr, platicar, bromear; y momentos para llorar, para estar quieta, para callar, para ocultar…. hay momentos para todo. Debo de saber comportarme para cada momento, mi forma de pensar y de actuar deben de ir de la mano, si es que quiere tener credibilidad.


BIBLIOGRAFÍA

  • Veyne, Paul (1997), “La autoridad moral”, “Sabiduría popular” y “La molicie”.

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